“Sexo y concentración” es una inquietud frecuentemente planteada en la consulta sexológica, es una dificultad muy habitual de nuestra época. Éstos son tiempos de la brevedad, falta de paciencia, donde la lentitud está mal vista, todo tiene que ser rápido, productivo, con una meta, con un objetivo. El acostumbramiento a este modo de vida actual, en muchos casos, afecta la faceta sexual al atentar contra un proceso necesario de conexión gradual para encender el deseo y la motivación sensual. Soy Patricia Safadi, psicóloga, especialista en sexología clínica, y atiendo por problemas sexuales por causa psicológica. Hoy vengo a contarte cómo puedes conectarte más en el sexo y no distraerte.
Se le dice “mente mono” a la mente inquieta, que como los monos que saltan de rama en rama, pasa de un pensamiento a otro todo el tiempo. Aprender a focalizar en el presente, en esto que está pasando ahora requiere entrenamiento. Hoy por suerte, se habla de meditación, de atención plena, de tomar el control de las producciones mentales, en fin, todas propuestas que contribuyen a aprender a tomar el control de la mente inquieta.
El entrenar la concentración y estar más presente, va a enriquecer la vida sexual.
Practicar el estar atentos en diferentes momentos de la vida diaria es una buena costumbre para que luego sea más fácil estar atentos en el encuentro sexual. Por ejemplo: si estoy manejando estoy manejando y presto atención al paisaje, a la carretera, a los movimientos de mi cuerpo, al color de los autos que pasan al lado mío, a la velocidad. Si estoy lavando los platos presto atención a la temperatura del agua, el ruido de la loza, el color de la espuma, el aroma del detergente... La idea es poner los cinco sentidos al servicio de esa actividad que estoy haciendo.
Entrenarse con cada una de estas meditaciones activas en diferentes momentos del día va a contribuir a que cuando estoy en un momento de conexión íntima con mi pareja logre prestar atención más fácilmente a las sensaciones, a lo que me está causando ese estímulo, a esa caricia… si deseo ser tocada más arriba, más abajo, más intenso… en fin, para ponerme en contacto con mis sensaciones corporales, reconocer mis necesidades eróticas y discriminar mis estímulos sexuales preferidos.
Esta información sobre una misma es posible solamente si estamos atentas y presentes en ese momento que estamos viviendo y esto como decíamos, se entrena, se practica y luego se puede aplicar en el momento de intimidad erótica.
A veces la distracción irrumpe por no estar recibiendo los estímulos adecuados que mi cuerpo necesita para disfrutar sensorialmente. Es por eso que la comunicación sexual con la pareja es tan importante, el poder guiar a la pareja para que allí suceda lo que yo necesito que suceda y así favorecer a que la escalada de excitación y de placer pueda ascender y contribuya a conectar más con las sensaciones y menos con los pensamientos.
El autoconocimiento y la comunicación sexual son claves. Prestar atención para conocernos a nosotros mismos y con esa información guiar a nuestra pareja es el camino para que en el momento sexual pasen cosas interesantes, placenteras, e intensas. Esto a la vez favorecerá que la atención naturalmente se quede allí.
Desde el camino espiritual del Tantra que tanto tiene para aportar a nuestra sexualidad occidental, tan regida por mandatos absurdos y procesos apurados y veloces, el tantra nos propone el desafío de la concentración y los rituales.
¿Te pasa seguido que no estás conectada al 100% cuando tienes intimidad con tu pareja?
Rituales para prepararse para un momento amoroso y erótico generando una suerte de espacio intermedio entre la vorágine de la rutina diaria, de la casa, de los hijos, del trabajo, de la familia… y ese momento de calma y de conexión de pareja. Así podemos llevar a cabo el ritual de “acondicionar la habitación”, generando una atmósfera agradable que facilite la conexión: música, inciensos que generen un aroma estimulante, alguna sábana especial, una textura agradable que marque un momento diferente a la rutina cotidiana, o el ritual de “preparar el cuerpo” en el sentido de conectar con el propio cuerpo a partir de un baño, un perfume, una crema, una espuma, un momento de relax que vayan encendiendo la sensibilidad corporal y generando más seguridad a la hora de exponernos con nuestra pareja. O el ritual de “conexión con la pareja” momento previo ideal de intimidad y tranquilidad para compartir la escucha de una música, o tener una charla calma y cómplice o alguna meditación como la meditación del abrazo y quedarse simplemente abrazados armonizándose y acoplando las respiraciones…, en fin rituales que ayudan a anticipar y marcar el paso de un momento a otro momento de conexión de pareja, armonía, relax, estímulos y placer.
El desafío de liberarse de los mandatos sexuales absurdos, mitos, creencias falsas que generan una experiencia sexual que se vive con mucha tensión, con mucha sensación de exigencia, también es clave para contribuir a la concentración y la calma, aquietando la mente y potenciando la sensorialidad.
Una mente preocupada, estresada sexualmente, demasiado controladora con la respuesta del cuerpo, angustiada por temor a causar insatisfacción, a no estar a la altura de las expectativas sexuales de la pareja, o no estar a la altura de lo que vulgarmente se cree como “buen sexo” tendrá graves dificultades para focalizar en las sensaciones corporales y la conexión sensual.
Un encuentro amoroso, libre de exigencias y presiones, va a aumentar enormemente las probabilidades de generar un estado de calma mental, libertad y atención plena.
Si necesitas algún tipo de asesoría me puedes encontrar en Instagram como @licpatriciasafadi
Portada: Kenny Eliason
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